jueves, 29 de noviembre de 2012


EL ARTE RUPESTRE EN EL PERÚ 


 LAURICOCHA


Augusto Cardich, investigador de la paleohistoria sudamericana, nacido en La Unión (Huánuco) en 1923, realizó estudios en las regiones altas de Huánuco en las décadas de los 60′s y 70′s y encontró no solo importantes restos líticos sino también esqueletos humanos de niños y adultos con mas de 7,000 años de antigüedad. Estos descubrimientos hicieron posible establecer una secuencia cultural para las primeras ocupaciones altoandinas. Las cuevas de Lauricocha, se ubican sobre un antiguo valle glaciar, entre los 3,900 y 4,200 m.s.n.m., y al parecer albergaron a un importante grupo de cazadores y recolectores que por miles de años utilizaron las cuevas como refugio natural.
La secuencia cultural, realizada a partir de los restos encontrados, posibilitó la periodificación de tres fases. La primera fase Lauricocha I (10,000 – 8,000 a.C.) se caracterizó por el predominio de puntas foliáceas (forma hoja de árbol) y cuchillos bifaciales, la segunda fase, Lauricocha II (8,000 – 5,000 a.C.) por la presencia de puntas “hojas de sauce” y otras de forma triangular y base recta y la tercera fase, denominada Lauricocha III (5,000 – 4,000 a.C.) se caracterizó por la utilización de utensilios pequeños (puntas) y herramientas de hueso, aunque hay menos evidencia pues se encontró poca cantidad de artefactos líticos. La dieta del hombre de Lauricocha, a partir del estudio de los huesos animales encontrados en los diferentes estratos de las cuevas, se basó en el consumo de cérvidos, principalmente tarucas para las primeras fases y camélidos en menor proporción para la última fase. Esta diferencia en la alimentación hace pensar que hubo cambios culturales entre los grupos humanos lauricochienses que permitieron el perfeccionamiento en las estrategias de caza llegando inclusive en sus época más tardía, a la domesticación de animales.
En las cuevas de Lauricocha, Cardich encontró once contextos funerarios, 4 adultos y 7 niños y los clasificó como dolicocéfalos (cráneo alargado, cara ancha, de 1,62 m. de estatura). De ellos los mas antiguos están fechados entre los 7,000 y 6,000 a.C.. Se cree que la diferencia en los patrones de enterramiento entre niños y adultos fue intencionada y corresponde a un rito especial para el cual se utilizaron ofrendas de distinto tipo. Junto a los entierros de niños fueron encontrados objetos de sílex, puntas líticas, cristales de óxido de fierro, fragmentos de hueso calcinado ocre rojo, turquesas y valvas de concha.




CUEVA  DE TOQUEPALA

En 1963 los diarios de Lima y algunos del interior del país daban cuenta del descubrimiento de una “cueva con pinturas rupestres” en el asiento minero de Toquepala, provincia y departamento de Tacna, cuya antigüedad se fechaba en 10 mil años.
La cueva aludida, conocida originalmente como Cueva del Diablo, había sido visitada por lo menos desde 1950. Sin embargo, sólo en 1963 Emilio Gonzáles García la descubrió científicamente.
El Museo Nacional de Antropología y Arqueología de Lima, con el apoyo de la Southern Perú Copper Corporation, realizó investigaciones arqueológicas entre 1963 y 1967.
La caverna y abrigo deben haber sido ocupados durante períodos de estación y al parecer nunca por un gran número de personas. Quizás por un grupo que se desplazaba continuamente o que reincidía en sus visitas.
La cueva tiene 10 metros de profundidad, 5 metros de ancho y 3 metros de altura.
En sus paredes se han encontrado pinturas rupestres, con diversas escenas de cacería, en las que se representan a cazadores acorralando y matando a un grupo de guanacos (camélidos sudamericanos silvestres).
Se denomina “chaco” a la típica táctica de cacería en los Andes. Los comuneros forman cercos humanos, acorralan a las bestias y luego las matan o capturan. Esto es claramente representado en la cueva de Toquepala.
Para realizar estas pinturas se han usado colores como el rojo, el amarillo, el verde y el negro. De acuerdo con el investigador Jorge Muelle, estas escenas habrían sido realizadas con el fin mágico de propiciar una buena cacería.
Se calcula su antigüedad en siete mil 600 años A.C. (antes de nuestra era) de acuerdo con los fechados radioactivos realizados por expertos en la materia.
UBICACION 
Están ubicadas en las cercanías del Asiento Minero de Toquepala, a la altura del km 103 del ferrocarril de Ilo a Moquegua en los meridianos 7°38′ y 71°00′ de longitud oeste y los 17°30′ de latitud sur.
Zona enclavada en la Cordillera Occidental de los Andes a una altitud de 2,700 m.s.n.m. Dista 154 km en línea recta a la ciudad de Tacna.
DESCRIPCION 
Las cuevas de Toquepala son producto de la erosión en una formación de roca arenisca.
La cueva ” Abrigo ” o ” Reposo ” de cimarrona no es mas que un forado profundo en la roca, de mas de 10m de largo, 5m de ancho, por 3m de alto.
Las paredes de la cueva sun comunes : roca viva, pero con una decoración excepcional para los ojos del observador, porque su interior está decorado con pinturas rupestres.
En estos refugios, durante las estaciones frías y cuando el hombre disponía de comida por un tiempo, debió pintar escenas que muestran su preocupación fundamental en la alimentación a través de la recolección.
Estos hombres primitivos tiraron sus desperdicios de comida en la misma cueva, los que con el tiempo formaron estratos.
Las pinturas rupestres de Toquepala presentan, como los demás descubrimientos de otras partes del mundo, un alto sentido animista, para propiciar la caza y los alimentos. Estas pinturas no solo fueron hechas por distracción ni por necesidad de expresar belleza, sino fundamentalmente, ( según los arqueólogos ), porque traía ” buena suerte ” pintarlas.
Hay representaciones de animales ( camélidos ) heridos, escenas rituales de la caza del huanaco; las principales escenas están hechas de agua y con pincel fino, y figuras aisladas hechas con los dedos y con pigmento de vehículo graso.
Los habitantes primitivos pensaban que tales imágenes se constituían en espíritus de animales reales, por lo cual, antes de realizar las faenas de caza, ensayaban lanzando vigorosamente sus proyectiles y lanzas sobre aquellas figuras. Esta rito, significaba para ellos, augurio de buena cacería y abundante alimento recolectado;” era como un pronóstico y un acto de magia”.


toquepala


3 comentarios:

  1. conocer lo bello de nuestro Perú es entirnos cada día más orgullosos de lo que tenemos por ello es que debemos de cuidarlo y protegerlo ya que de ello depende nuestra riqueza

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  2. .... es muy interesante que en unas cuevas haya pasado tanto de nuestra historia ... y bueno saber un poco mas de nuestros antepasados ...para valorar nuestras riquezas!!!

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